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Como otros dirigentes y autoridades del gobierno del MAS, César Dockweiler salió del país en noviembre de 2019 tras la renuncia y fuga del expresidente Evo Morales. Lo hizo seguramente porque pensaba que podía ser objeto de amenazas, denuncias e investigaciones, después de haber estado al mando de una obra como el teleférico, que tuvo un costo de 700 millones de dólares y sobre la cual hubo numerosas versiones de supuestos sobreprecios.
Dockweiler viajó rumbo a Austria, país en el que tiene vínculos familiares, según se informó en enero pasado oficialmente por las autoridades de Migración. Como Dockweiler no tenía orden de aprehensión, pudo abandonar el territorio nacional sin dificultad.
El tema es importante porque tiene que ver con sus posibilidades de ser candidato a la Alcaldía de La Paz en los comicios de marzo próximo. La ley señala que una de las causales de inhabilitación es no haber residido en los últimos dos años en el lugar en el que se desea postular. Claramente Dockweiler, de esos dos años, estuvo fuera de Bolivia.
Ese argumento fue usado por el Tribunal Supremo Electoral para inhabilitar a Evo Morales, que buscaba ser candidato a senador por Cochabamba. Al no haber tenido dos años de residencia, por la misma razón (abandono del territorio), su candidatura no fue habilitada. Con la misma lógica, Dockweiler no podría ser habilitado.
El pretexto dado por el exgerente de Mi Teleférico es risible: dijo que había salido de vacaciones, justo tras la caída del gobierno de Morales, y que no logró volver al país por las restricciones impuestas por el coronavirus. Habría que recordarle a Dockweiler que otros bolivianos residentes en Europa lograron llegar al país desde junio en adelante. No después de que las elecciones demostraran la victoria del MAS.
La similitud entre los casos de Morales y el de Dockweiler hace que sea casi inevitable su inhabilitación. El expresidente adujo una razón distinta, declarándose perseguido político del gobierno de Añez. Lo mismo sucede con Dockweiler. Sin embargo, si el exgerente de Mi Teleférico hubiera retornado a Bolivia cuando se abrieron las fronteras áreas, podría darse credibilidad a la versión de que “salió de vacaciones”. Pero unas vacaciones de un año de duración ya parecen excesivas.
El hecho concreto es que el exgerente del teleférico no cumple con el requisito de los dos años de residencia y ello deja al MAS sin su mejor carta para los comicios subnacionales en La Paz. Ello hace pensar que el oficialismo intentará presionar al TSE para que se autorice la habilitación de Dockweiler. Es de esperar que el organismo electoral actúe conforme a ley.
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