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El reinicio de las labores educativas ha provocado en el mercado interno nacional informal que los precios de computadoras y celulares se disparen de manera inescrupulosa en el argumento de la libre oferta y demanda.
Los precios de una laptop oscilan por encima de los 3.500 bolivianos, los celulares están por encima de los 1.500 bolivianos, además que no hay garantía y en muchos casos se constató que hay equipos usados que son comercializados como vendidos.
Los celulares de gama alta por encima de los 2.000 y 2.500 bolivianos.
“Esto ya es el colmo, no tengo los suficientes recursos para comprar una laptop para mi hijo que este año le tocó entrar a la universidad, ir a un internet sale un ojo de la cara y quise comprar una laptop cuyo precio está por los 4.500 bolivianos y no tengo ese monto”, protestó Ramiro L. un padre de familia que buscaba una computadora portátil en el mercado popular Uyustus.
En su queja afirmó que “es el colmo que los bolivianos hayamos pagado un satélite y el servicio del internet siga siendo caro, ahora es un lujo estudiar, lucran con la educación. Si hay un satélite el acceso debería ser gratuito al internet”, acotó el progenitor.
El viceministro de Defensa al Consumidor, Jorge Silva, explicó que, en varios centros de venta de computadoras se detectaron casos de precios exorbitantes de equipos que fueron adaptados como nuevos
Admitió que en su despacho se recibieron denuncias sobre la venta de computadoras y laptops a precios exagerados, productos adaptados de manera engañosa y equipos usados vendidos como nuevos.
Explicó que, en varios centros de venta de computadoras, en distintos puntos de comercio del país, se detectaron casos de precios exorbitantes, equipos que fueron adaptados de forma inescrupulosa o que ya fueron usados y vendidos como nuevos.
La forma de comunicarnos y sobre todo la educación ha cambiado debido al COVID-19, y todo indica que la normalidad a la que la población estaba acostumbrada tardará en volver.
Por ello se suspendieron las clases presenciales y el Gobierno adoptó la modalidad a distancia que incluye el uso de tecnología, celulares o computadoras.
Ese hecho causó traumas y aflicciones económicas en los padres de familia porque no tienen los recursos económicos para financiar estos equipos para sus hijos.
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